noche de san juan

Claudia escucha (por Valeria Guzmán)

Ojos al gusto

¿Es posible cambiar el color de los ojos? Los míos son pardos, casi verdes. Desearía eliminarles las vetas oscuras y lograr así un color más vistoso. Si es posible dígame los distintos métodos que puedo seguir y los colores que puedo lograr…
Mirta P. (Capital)

Es posible cambiar el aspecto cromático de los ojos. Para enrojecimientos transitorios te recomiendo picar cebollas, envolverte en una nube de humo espeso, provocarte intensos dolores físicos o lamentables fracasos sentimentales (los que tienen el mérito de transferir su eficacia lacrimógena a los bellos recuerdos). Para modificaciones de larga duración puedes recurrir, en cambio, a los lentes de contacto: delgados círculos de cristal que se aplican sobre los ojos y que las buenas ópticas proveen en tres colores: verde, celeste y violeta. Este último te permitirá disimular considerablemente esas vetas oscuras que te preocupan. Sin embargo, en mi opinión, nada más vistoso que elegir un color distinto para cada ojo.

Pochi busca novia

Pochi es un hermoso caniche megro, de 4 años y tamaño mediano. Observándolo tengo la impresión de que le gustaría relacionarse con una perrita de sus mismas características.
Nora Lero 772-0823

La felicito por su capacidad de observación. Pero ¿está usted segura de que las intenciones de Pochi son serias?

Olga Orozco
Revista Claudia
Mayo 1969

regalito de Carlos Ardohain!!!

Un San Juan de Leonora Carrington

un regalito de la Rodi!!!

cumpleaños

me gusta cumplir años
festejar el día anterior, el San Juan y el sábado siguiente
descubro recién ahora, mirando esta foto,
esta necesidad de extender los festejos;
durante toda la infancia nos festejaban los cumpleaños
a Pablo y a mí, a la vez,
creo que es una especie de ajuste de cuentas

pater

Viejo querido

Los chicos están grandes. Pablo hereda inevitablemente tu humor desopilante, la manera de caminar, la costumbre de dormir vestido, en cualquier parte.
La sensibilidad poética creo que le tocó al rubio en el reparto. Y tus ojos claros.
Estamos bien. La familia es algo que nunca terminamos de descubrir adentro.
Hoy nació Sofía, la hija de Nacho. El más chico de todos los primos.
Hace poco estuve con una señora que cuando le dijeron "es la hija de Kuqui", le brillaron los ojos. Seguro que fue novia tuya. Sigue siendo linda pero no tanto como Rosa, eso seguro.
Se me dio nomás por la literatura. Menos mal que nunca te importó que no sirva para nada. Te seguirías riendo si supieras que te escribo una carta que leerán un montón de desconocidos y vos no. O quien sabe. Tal vez estás acá, sobre mis hombros,y en cualquier momento sienta ganas de prepararme un té con limón como a vos te gustaba, con bombilla y en jarrito. O sienta un deseo irresistible de verme una peli de Chaplin o de cantar Luna Tucumana, pero eso es más bien improbable a la una de la mañana y con la casa a oscuras.
Escribo sobre tu abuelo en estos días. No sé por qué. Me gusta inventarle la vida a ese señor del que sólo se que fue maquinista en Empalme Lobos, y se casó con una chica de 14, y era anarquista. Será la sangre.
Los demás?. Bien, supongo. A tus dos hijos se les dio por los fierros. Chevrolet por supuesto, nunca Ford. El gordo está más tranquilo, dicen. Hasta la rebeldía se cura con la edad y ya cumplió los cuarenta.
Sabés? Ahora la que regala bocaditos de menta soy yo, y casi sin darme cuenta hago el mismo firulete con el papel metalizado, y cuando puedo lo cuelo en los bolsillos de algún desconocido, por puro capricho, para tender ese puente que nos une.

nos estamos viendo
siempre

marisa

oficio

Entre 1965 y mediados del 70 Olga Orozco fue redactora especial de la Revista Claudia; con diferentes seudónimos reseñó libros, escribió sobre eventos sociales, turismo, atendió la sección de consultorio sentimental y varias cosas más.
Por estos días sigo su huella en estas revistas.
Ya compartiré alguno de sus textos con ustedes.

amanece en celina

así vemos el sol cada mañana
entre la niebla y el alambrado
con los chicos de villa celina

preso en mi ciudad

la música en los oídos
los grafittis
las luces rojas
la cantidad de autos blancos que pasan antes de llegar a la esquina
las conversaciones oídas al pasar
las vidrieras
las luces verdes
el muñequito blanco de cruzar
el olor de la panadería
y el sol entre las hojas
la feria americana
las mielcitas del kiosko


(y cuando quiero decir
agua en la boca
pecera
burbujas sin sentido)









y tu boca tan del aire...

maelstrom

qué llave
qué ballena en el fondo de un océano negro
éste es mi cuerpo dicen las escrituras
ésta es mi sangre repito en la liturgia del fuego

sabemos aguardar en el brocal del pozo
con paciencia de piedra que se hunde
ajena a todo intento de navegación

en un líquido cofre
bajo el vórtice del maelstrom
está la posesión imposible
la urdimbre rasgada de todo nacimiento