El brillo de una amatista el polvo de oro de la siesta en la campiña y una sonrisa del niñoalmendra para completar el conjuro un cocimiento de hojas verdes verbena romero paraíso te recuestas en la hierba del prado los ojos vueltos al sol debes saber del caballo desbocado que guarda en su corazón dice sanadora dorada y ella asiente en silencio
(una mariquita infatigable sobre tu vestido celeste)
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