miércoles, agosto 29, 2007
pez en tierra
la marea roja detonó en mi cuerpo
sacudió tanta tierra adormecida
clavó sus uñas en el ojo insaciable
arrastró mis pedazos
la moneda cayó en la oscuridad
fui lumbre en un entierro
llorona mal paga en máscara de lluvia
fui soledad
puro silencio fértil
tentempié y despojos
fiera herida por el rayo del deseo
voy regresando
estaciones y caminos polvorientos reciben estos huesos roídos
las camas de los hoteles con ese floreado insoportable
la pegajosa humedad de un fulgor que no fue
tumba noche tapizada de ronquidos
de fantasmas conocidos que escoltan el derrumbe
si un vómito gris me vaciara
si escribiera hasta encontrar el verbo
-esos líquidos viscosos en donde el viejo limpiaba sus herramientas-
si pudiera pronunciar mi testamento
aguarrás sobre cada soga amarrada a tu mirada triste
la carne rota a los gusanos
el dolor a la copla que promete nacerme
martes, agosto 28, 2007
piedra de afilar
cuerpo menguante
luna negra de los sacrificios
en el otro mundo
soy la princesa del cuento
me rinden honores entre estatuas de alabastro
una campanada de sol abre las puertas del templo
no tengo sed
sólo jardines prolijos que bordean la muerte
no tengo amantes
sólo innúmeras estancias con cerrojo
y la arena que se escurre en el reloj
es en esta orilla donde mi carne es real
un largo lienzo anudado cayendo al precipicio
y en cada nudo una ausencia
en cada tramo un salto mortal me vuelve prisionera del aire
eco del otro tiempo
balbuceo estéril
cántaro quebrado a los pies de la fuente
lunes, agosto 27, 2007
Brynhildr y Sigurdr I
I
Hay un antiguo tapiz que relata las hazañas de Sigurdr, de cómo éste asesinó a la serpiente y se hizo sabio y famoso entre los nórdicos.
Cuenta la leyenda que ese tapiz fue bordado con hilos de oro por Brynhildr, la más bella y mañosa de las valquirias, la que tenía el don de leer los sueños y aún así no pudo evitar su trágico destino.
El primer encuentro se produjo después. Sigurdr cabalgaba con sus hombres por el bosque cuando su halcón favorito voló hacia una torre y se posó junto a una ventana. Sigurdr subió por su halcón y vio a Brynhildr bordando los últimos hilos de la historia.
Ante sus ojos todas las mujeres de su vida fueron una, sin edad, que vendría a buscarlo al final de sus días.
Luego regresó con sus hombres y ya no quiso estar en compañía de nadie.
Ellos le dijeron: “No pretendas lo que no puedas alcanzar, ella jamás ha sido de hombre alguno, prefiere librar batallas y colmarse de gloria”
Pero Sigurdr insistió y no descansó hasta encontrarse a solas con Brynhildr y prometerle casamiento jurándole que jamás se casaría con otra y ofreciéndole su anillo para cerrar el pacto.
Ella había visto en sueños que otro era su destino; Sigurdr bebería un filtro para el olvido y se casaría con Gudrún pero asumiendo lo inevitable selló el pacto colocándose el anillo.
Cuenta la leyenda que ese tapiz fue bordado con hilos de oro por Brynhildr, la más bella y mañosa de las valquirias, la que tenía el don de leer los sueños y aún así no pudo evitar su trágico destino.
El primer encuentro se produjo después. Sigurdr cabalgaba con sus hombres por el bosque cuando su halcón favorito voló hacia una torre y se posó junto a una ventana. Sigurdr subió por su halcón y vio a Brynhildr bordando los últimos hilos de la historia.
Ante sus ojos todas las mujeres de su vida fueron una, sin edad, que vendría a buscarlo al final de sus días.
Luego regresó con sus hombres y ya no quiso estar en compañía de nadie.
Ellos le dijeron: “No pretendas lo que no puedas alcanzar, ella jamás ha sido de hombre alguno, prefiere librar batallas y colmarse de gloria”
Pero Sigurdr insistió y no descansó hasta encontrarse a solas con Brynhildr y prometerle casamiento jurándole que jamás se casaría con otra y ofreciéndole su anillo para cerrar el pacto.
Ella había visto en sueños que otro era su destino; Sigurdr bebería un filtro para el olvido y se casaría con Gudrún pero asumiendo lo inevitable selló el pacto colocándose el anillo.
domingo, agosto 26, 2007
y la casa se llenó de música
jueves, agosto 23, 2007
martes, agosto 21, 2007
lunes, agosto 20, 2007
kaun
retornar a la gracia
lluvia sobre mi cabeza
agua que corre
un haz de luz en medio del salto
y un camino que se cierra sobre sí
tiempo de caballos blancos
ellos guardan el relicario de mis huesos
la voz que seré
trueno en medio de la tierra
la tea encendida sobre la frente
atraviesa la niebla
domingo, agosto 19, 2007
viernes, agosto 17, 2007
aire de ausencias
martes, agosto 14, 2007
tardecita de Rojas
miércoles, agosto 08, 2007
rayuela de runas
Todo era semilla en la noche
silencio de tumba
eco de una voz sola que intentaba despertar
Por momentos el fuego era sólo una pequeñísima chispa casi invisible
(la barca de las sombras urdía otros destinos)
El hombre se amarró al árbol y pidió ayuda.
Tuvo sed y sus dedos fueron cascos que retumbaron bajo la luna.
Galopó hasta el mar.
La Madre de los Peces veló su sueño y al despertar ella, la recién nacida, le servía el alimento necesario.
Era mediodía.
El sol alto.
Y desplegó sus alas.
silencio de tumba
eco de una voz sola que intentaba despertar
Por momentos el fuego era sólo una pequeñísima chispa casi invisible
(la barca de las sombras urdía otros destinos)
El hombre se amarró al árbol y pidió ayuda.
Tuvo sed y sus dedos fueron cascos que retumbaron bajo la luna.
Galopó hasta el mar.
La Madre de los Peces veló su sueño y al despertar ella, la recién nacida, le servía el alimento necesario.
Era mediodía.
El sol alto.
Y desplegó sus alas.
ta-te-ti
en el corazón del mar
un pez blanco
un cofre que encierra
el alma de los gigantes
sólo una vez
en un día secreto
revela
el centro del laberinto
la semilla de nieve
amancay florecido en la piedra
un pez blanco
un cofre que encierra
el alma de los gigantes
sólo una vez
en un día secreto
revela
el centro del laberinto
la semilla de nieve
amancay florecido en la piedra
apuntes de juella
soledad de semilla
hundida en el silencio árido
replegada en la penumbra
de un lugar al que no pertenezco
extranjera
recuento las cicatrices de cada sombra
el invisible zurcido de mi único nombre
mi casa es el tajo incandescente de la angustia
la palabra no dicha
el umbral en donde no puede hacerse otra cosa que esperar
la espera muda crepitando
el cuerpo entumecido
transito el caos
el universo oscuro
innominado
desde la tierra
lunes, agosto 06, 2007
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