El lenguaje nos habita y nos construye. Somos atravesados por lo que decimos y entre lo dicho y lo sugerido se abre el terreno radiante de la poesía. Ahí el lenguaje como ocultamiento, paradoja de lo que en una intensidad brevísima revela su signo a través de las máscaras.
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Escribo como si tirase de un hilo de seda que va hacia atrás y hacia adentro, adherido a él aparecen sensorialidades, pequeñas iluminaciones y la posibilidad de volver a penetrar en las habitaciones de la infancia ya despojadas de su dimensión colosal, ya convertidas en estampas de un retablo de sombras. La memoria completa todo con metonimias, un cuaderno de tapa azul bajo llave.
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Escribo como si tirase de un hilo de seda que va hacia atrás y hacia adentro, adherido a él aparecen sensorialidades, pequeñas iluminaciones y la posibilidad de volver a penetrar en las habitaciones de la infancia ya despojadas de su dimensión colosal, ya convertidas en estampas de un retablo de sombras. La memoria completa todo con metonimias, un cuaderno de tapa azul bajo llave.
1 comentario:
Que lindo mar. Me gustó mucho¡¡
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