"Monto una dulce yegua. No conduzco mi montura, no lo necesito. Con la mano abierta, sigo mi símbolo, la Copa. No la sujeto con los dedos: ella nos guía a mi caballo y a mí flotando en el aire. Copa abierta de la que brota una fuente de amor...Ese amor es mi guía, no sé a dónde voy. Lo sigo sin dudar de que me llevará hacia mi realización, que es el estado de gracia. El don fluye naturalmente, no fuerzo mi voluntad para encontrar el camino correcto. No empleo mi valor para saltar más allá de mis límites. Sólo obedezco, simplemente. Lo que recibo lo doy. Mi único deseo, para realizar este don incesante, es sobrevivir para seguir a su servicio. Entonces es cuando, bendiciendo al mundo, entro en el reino de la encarnación, de los Oros, de la materia y las necesidades"
Alejandro Jodorowsky "La Vía del Tarot"
la carta la encontró Martín mientras trabajaba
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