
sin pedir nada
milagro abierto
entre la lluvia
a liliana campazzo
El faro del fin del mundo es blanco
apenas más visible que los acantilados donde
bandadas de loros entumecen el tendido de cables
y el viento trae la voz de los corsarios al estuario
su afán de pedrerías de amores salvajes
es la horizontal del aire
un piano en una callecita empinada en patagones
una casa amarilla yuyo seco brizna para arder
las altas ventanas en donde el espliego pasó a ser jazmín
y todas las lluvias del mundo lavándome los ojos
soy lo que he visto
pasan los días y se hacen volutas como el humo del té
es la vertical del fuego
mi hogar en esa encrucijada
en la que los muertos
tienen tanto por decir
El jardín se volvió camino
Es noviembre y la vida es una foto movida
en el exacto momento en que la sombra roba el color de las cosas
una road movie con música francesa de fondo
atravieso campos amarillos y huellas de tierra seca que se pierden tras los álamos
molinos de viento cielos que pasan del azul al gris
me brillás en el cuerpo