los juncos y el río estudiantes se tragaron la casa que fue mi paraíso así las cosas muerta la ilusión de tierra firme quedan las ventanillas que asoman siempre al movimiento a la disolución del paisaje que vuelve a componer aquella casa aquel recodo del río
y el tiempo vuelve a medirse en naranjas maduras
3 comentarios:
el fuego se ha tragado al árbol que medía en mandarinas agrias el tiempo de mi infancia, mi fuego y tu río y los paisajes que somos siguen siendo nuestra tierra firme... me encontras siempre ahí, descalza en los yuyos juntando bichos bolitas o algo
el tiempo medido por las estaciones, por la atomización de orfeo, donde un sueño febril como las mareas estremeció las casas de madera antes de que amaneciera.
sí, Nan, te veo, siguiendo fascinada el vuelo de una mariposa, desde siempre
y como diría Cortázar cuando el tiempo llega al corazón ya no puede medirse, gracias Javier por tu visita!
Publicar un comentario