Sentada en el furgón den tren entre obreros que van dormidos a trabajar soy la única mujer del vagón y el único que va despierto me sonríe cuando saco el cuaderno a lunares -"jipiii" diría mi vecino Federico-
Amanece y hay un resplandor dorado bajo las nubes.
Miro los modelos de cabañas que me mandó Ricardo.
Aún no hablé de Ricardo. Es el vecino de al lado, del muelle María Luz, no vive en la isla pero va a pescar con su hijo y sus nietos. Fue el primero en acercarse a saludar y a ofrecer su ayuda.
Recién estamos en Olivos. Bostezo. Creo que me vendrá muy bien una larga siesta en el muelle.
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